YEEHAW!!!

Me encanta Texas, o al menos las ciudades y pueblos que conozco.

Tenemos buenos amigos allá, nos hemos metido en ríos helados, hemos hecho tubbing en el rio mas corto del mundo, el Comal en New Braunfels, hemos paseado por parques inmensos y visto jabalíes salvajes, y cientos de gansos, hemos comprado, paseado, dormido, cocinado, bebido y comido.

Desde cenas de aniversario en nuestro inolvidable Maggiano’s, hasta pasteles de fruta de estación en pequeños puestos carreteros, corn dogs y funnel cakes en ferias de pueblecitos donde solamente habían 6 personas no locales, cenado deliciosos platillos indúes, probamos las pupusas alli, hemos comido salchichas en estaciones de gasolina, helados de crema, fudge de chocolate, beef jerky, que más, que más Sorprendentemente me falla la memoria.

Pero especialmente quiero hablar del Barbecue, Texas style. Quisiera hacer un pequeño aparte para  lo que denominan Texas size:  Sí!  se corresponde perfectamente al tamaño del Estado.

Hoy me siento un poquito sola, mis hijos están conmigo, pero mi compañero durante el  80% de mi vida, (esta cuenta no la saqué yo solita, me ayudo un genio matemático que está en mi casa en este momento), está en Houston.

La reunión anual de los Búfalos Mojados, o de la NACE,  (lo de los BM viene a expresar mi frustración de no poder estar con él allá) hace que se haya separado de mí por unos eternos 10 dias,y  aunque nos mantengamos en contacto casi permanente, que quieres que te diga…. Me hace falta!

Aparte de los encantos que tiene Houston particularmente para nosotros, la tradición de almorzar en Lyndon’s apenas al tocar tierra, me hace agua la boca.

Estoy viendo como si fuera ahora, la increíble decoración de placas de vehiculos de Texas, cientos de fotografias en las paredes, recortes de diarios pasados,  las mesas de madera barnizadas y las tibias botellas de ketchup ahora rellenas de su incomparable salsa barbq.

Al centro y  atrás del local,  hacia donde está el mostrador para ordenar tu plato, está un gran estante de acero inoxidable y allí alineados hay pickles, jalapeños, rebanadas de cebollas, más salsa, termos inmensos de té frío sin azúcar, ruedas de limón, y otras ricuras a tu disposición y en las cantidades que desees.

Mas allá esta la super cava de refrescos y cervezas heladísimas, como debe ser, y me veo tomando mi favorita en Texas, una Rolling Rock cuya botella verde está escarchada, y me regreso a la mesa al compás de la musica country que se oye ininterrunpidamente, a mi paso veo a  Tommy  con gran vaso color ámbar lleno de root beer que acaba de servirse del dispensador.

Me encanta Texas, me encanta el country y quiero que gane Scotty en esta versión de American Idol!!!

Para ambientarse y percibir mejor el aroma de carne ahumada a la leña, escuchen a  a mi cantante favorito country Garth Brooks con la canción Friends in low places. LO MAXIMO!!!!!!!!!!!!

Manuel y los varones están ahora esperando que nuestra orden esté lista para llevarla a la mesa. No hay camareros, no Sir! no hacen falta.

Yo pedí costilla, así en singular, porque parecen de mastodonte, (otro parecido con los Picapiedras), suavecitas, acarameladas, y con ese sabor que mata, al lado tengo un platito blanco hondo, lleno de maiz a la crema, otro con ensalada de papas, y otro con cobbler de blueberries. Tuve que dejar la ensalada de rallitas de zanahorias y repollo, las espicanas a la crema, y otras delicias. Mas allá están las texas toast, inmensas, con sus marquitas marrones de la plancha y empapadas de mantequilla derretida y todavía caliente, mmmmmm!

Min debe haber pedido una papa horneada  full loaded con pulled pork y ya la veo venir, una inmensidad que va a tener que compartir a su pesar, con mantequilla, crema agria, cebollines, tocineta bien crujiente, queso cheddar, y debajo…. el más suave y exquisito cerdo en mechas, o pulled pork.

Icho tiene en su plato, onion rings que parecen extraterrestres por el tamaño de las ruedas (Texas size!), ademas de deliciosas rebanadas de brisket ahumado a la perfección.

Lo mejor es pedir de todo un poquito, que ya es bastante, tratar de compartir, probar  y después chuparse los dedos…

Yeehaw!!!

Petits plats en tarde de agosto






Una luminosisima tarde de agosto, Manuel, a cargo de la cocina, junto a Tommy y Anibal (quienes sirvieron de excelentes Maitres y descorchadores), fueron lo suficientemente bondadosos para brindarnos una linda merienda a base de petits plats, a mi y a mis consecuentes amiguitas del futbol.Varias botellas de Blanc de Noir Dubois de la casa Freixenet, en armonia dentro de la hielera de Papapa, sirvieron de alivio al inclemente calor.

Para comenzar disfrutamos de un exquisito Gazpacho de fresas coronado de crocantes de jamon iberico (que casualmente trajimos de Donostia), cuentas de cantaloupe y croutones de pan de campo.

Luego vino un fresquisimo Tiradito Aji – Cilantro de merluza con chips de camote.

Como tercer platito, y todavia con la nota “en frio” nos sirvieron una Causa limena de salmon poche.

Una vez encendido el fuego de la cocina, degustamos atun a la plancha, o abrasado, como dicen por ahi, con pisto manchego y pure de guisantes.

Continuamos con camarones del pacifico en leche de coco y crocantes de ocumo.

Siguiendo el viaje culinario, nos alejamos un poco del area para disfrutar de exoticas alitas “Saigon” de pollo, deshuesadas y rellenas de ingredientes desconocidos, y su tinita de muoc cham.

Salchicha belga de hierbas sobre arroz a la cerveza, siguio despues, para terminar con Pintxo de Chateaubriand, con su inseparable salsa bearnaise, y cubitos de papas doradas y un ladito de berros con solo un chorrito de delicado aceite de nuez.

Mejor? sencillamente imposible!

Para limpiar nuestro paladar nos refrescamos con un sorbete de mangos caseros perfumado con aceite de arbequina.