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si fuera perfecto…

Porque si fuera perfecto nadie se deterioraría y enfermaría y así nadie tendría que ser testigo impotente del sufrimiento del otro ser muy, muy amado.

Ruego disculpen la avalancha de autoconmiseración y lamentos que se viene…


Tengo cierta experiencia en enfermedades cercanas, el larguísimo cáncer de mi papá, infartos y diversas dolencias cardiovasculares, accidentes, tumores, horrores todos que me dejan temblando y sin aliento cada vez que escucho sonar el teléfono, aunque sean las diez de la mañana.

Han habido enfermedades que yo he podido “controlar”, incluyendo la malformación cardíaca de mi primer bebé y que nos sometió a ambos a diversas torturas, físicas y mentales que nos dejó con cicatrices visibles y otras mas disimuladas, hasta varios dengues,(aliviados con jugos, sopitas, cariñitos en las cabecitas sudorosas), cólicos y nauseas de diversa índole (que ayudas con una manzanilla dulcita y con un poquito de limón exprimido, además de jarabes adormilantes), gripes (masajes con vaporub, extra consentimiento, dormir en la cama y leche caliente con miel), y han habido los eventos horrorosos en los cuales una no tiene ninguna vela, nada que hacer, solamente convertirse en un testigo pasmado y consciente de la propia inutilidad, y lo dejan a una sin respiración y sufriendo eternamente de lo que ahora de manera elegante denominamos estres post-traumático.

Y si ya es espantoso lidiar con dolencias que una puede medio controlar, lo que escapa de nuestro entendimiento y savoir faire, sencillamente no tiene nombre y es inevitable el cuestionamiento de porque el/ella? y cientos de preguntas más que terminan con: “bueno, pues es así…”, suegros, abuelos, tios, cuñados, amigos, todo un rosario…

La vida me ha regalado terribles momentos que han marcado mi vida con mis 4 hijos, unos mas prolongados que otros, unos mas violentos que otros, unos mas desesperanzadores que otros, unos mas injustos que otros, unos mas incomprensibles que otros. Pero en todos ellos, su papá y yo hemos sido los rectores de las acciones a tomar. Bueno, mas o menos…

Pero que pasa cuando a mi edad, es mi mamá la que siento mi hija, y es el destino el que ha dictado que yo esté a miles de kilómetros de ella?
Como ayudarla, como aliviarla, como acompañarla como lo he hecho en los últimos 25 años de nuestras vidas?

Como controlar, porque sí, necesito controlar, lo que se hace o se deja de hacer, como decidir, si no depende para nada de mí? desde acá solamente puedo llamarla por teléfono a diario, y sugerir, preguntar, investigar…

La última parte de nuestra vida, concientemente de que nunca sabremos cuando será, sino solamente presentir, no debería nunca ser parte del azar, suerte, destino, edad, consecuencia y pare de contar. Uno definitivamente tiene que tener algo que ver en eso. No puede ser uno otro simple espectador de lo que nos está fulminando.

No puedo ayudarla a vestirse, ella no puede ni tomar el cepillo para arreglarse su cabello siempre bien teñido, combinar su ropa con las “alhajas” adecuadas, limpiar algo, sacar brillo por acá, planchando por allá, siempre ordenando, muchas veces hasta atravesada en el camino, y ahora verse reducida y limitada a algo “de la edad”. Está tan adolorida que hubiera preferido, según sus palabras, una enfermedad más grave que la tomara en un tiempo determinado, y no tener que cargar con ese dolor y entumecimiento, al que solo aspira a aliviar por unas horas, porque “está bien embromadita”

Por ahora, desde tan lejos, quisiera si fuera posible, sobarle los hombros a mi mamá con aceite alcanforado como tantas veces hizo conmigo, calentándome las manos sobre la llama de una vela, como ella, para aliviar mis dolores de barriga, y cantarle como estoy segura que hizo tantas veces para arrullarme, con nuestro himno, hasta que el sueño nos venza, pero ahora para ella solita:

Duermete mamita, no hay nada más que hacer,
lavaste mil cosas, lo hiciste muy bien.
Esta niña quiere que la duermas tú,
descansa tú ahora, yo te arroparé …

Aprovecharé, será, que la luna llena está sobre mi signo Capricornio y me permita un viaje astral, si es que ambas cosas están relacionadas…

Publicado por

lulu

Disfruto de cosas muy diversas, la siembra, las cabras y su leche con la que hago jabon y quesos, hacer pan... Pero por sobre todas las cosas, adoro viajar! No siento desprecio hacia la comida de los aviones, ni los aeropuertos, ni los minúsculos banios.a Nuestras viajes son una maratón con régimen militar. Semanas de planificacion, mapas y consultas, hasta dar con el alojamiento adecuado, el auto perfecto y asi. Decenas de hoteles, apartamentos, casas, líneas aereas, rentals, fechas, restaurantes, ferias y festivales, granjas, playas, parques naturales, guias turísticas, supermercados y mercados de la comunidad, viñedos, siembras y bodegas, molinos y almazaras, frutos de estación, sitios web, etc, son meticulosamente examinados hasta dar, de una buena vez!, con la perfección. Nada queda por fuera. A mi esposo le encanta elegir el vino y cocinar, y a mi me encanta comer lo que prepara y generalmente me ocupo del pan y del postre. Como mi memoria es, digamos, superficial, comencé a tomar nota de los sitios visitados, los restaurantes, sus platos y bebidas, y cargué con cientos de detalles que me recordaran nuestros viajes, servilletas, sobres de azúcar, tarjetas de restaurantes, mapas, guías de eventos, ramitas, piedras, flores, plumas, fotografías, bolsas de mercado, entradas a espectaculos, tickets de estacionamiento, y un larguisimo y pesado etcetera. Por otra parte, tambien escribo de cualquier cosa que me provoque y me gusta ponerle musica a las entradas.

3 comentarios sobre “si fuera perfecto…”

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