Siempre resulta extraño, pero conmovedor, y hasta peligroso, darse cuenta de como nuestros actos impactan los pensamientos, modos, las formas y fondos de nuestros hijos. Y como hijos necesito aclarar que considero cualquier ente al que pudiéramos cobijar bajo nuestras alas en algún momento, incluso efímero, en que se haya visto mas vulnerable como para haberse salpicado de nuestros arriba mencionados actos.
Me reconozco en algunas expresiones y creencias, reconozco a su padre en algunas de sus afirmaciones mas lapidarias y personales.
Asi seguiremos viviendo mientras haya algun recuerdo de nosotros flotando por alli. Mientras alguien remede nuestros decires o comente algo que hicimos. Cuando esto cese terminaremos finalmente nuestro paso por el mundo.
Quien recuerda algo de un tio abuelo segundo? entonces fue cuando murió, cuando nunca existió. Cuando dejo de ser recordado, dejo de existir. No hay mas testigos de su recorrido, de sus formas, de su voz, del color del vello en sus brazos.
A veces me siento que en lugar de vivir estoy creando recuerdos y momentos para mis hijos. A veces no reconozco mi voz en esas palabras habladas suavemente y con mucho amor en casi todo momento. Soy yo así, realmente? O eso es lo que quiero que recuerden? Cuando hago lo que hago, lavarles la ropa, cocinarles, levantarme a prepararles el desayuno y escucharlos por unos minutos antes de que salgan, pasar palo santo encendido en sus cuartos, quiero realmente hacer eso, o solo quiero que recuerden que lo hacia y que le digan a mis nietos que el pastel de maíz y pollo de su Bela era una delicia y nunca lograron hacerlo igual?
Vivo este momento o el futuro en el cual no estaré?
Siento que me deslavo y cada vez me percibo mas ajada y descolorida, como una camiseta que sabe que esta llegando su momento de convertirse en pijama, temiendo el momento en que solo sirva para trapo de limpiar y luego inmolarse en aceite y fuego para encender carbones para una parrilla.
Tengo energia dentro de mi que no sabe salir. Quiero aprender a tapizar para hacer el mueble que quiero, pero no soy capaz de materializar este deseo. Quiero tejer, tejer mucho, abrigos, colchas, botitas y mantas de bebes, quiero hacer jabones y queso de nuevo, tengo risas dentro de mi garganta luchando cuerpo a cuerpo con las lagrimas que la ahogan tambien.
Que desperdicio de energia