Pues nada, nos levantamos relativamente temprano y armados con trajes de baño, sillas de playa y toallas, arrancamos a Portezuelo, bahía situada pocos kilometros antes de Punta del Este, a las 8:10 a.m. del 29 de diciembre.
Despues de 8 dias de calor infernal y de un sol de verano que comenzaba a medio ceder a las 9 de la noche, este miercoles amanecio nublado, mas templado y lloviznoso (?)
Llegamos a la hermosisima bahia de Portezuelo a las 9:25, es decir rapidito, lo que la hace un destino perfecto para un impromptu bañito de mar.
No habia nadie en la playa, sino la señora del kioskito de periodicos y la de los2 baños portatiles, que (despues me entere) estaban impecables, y cuyo uso es gratuito. Tambien hay una ducha de agua dulce a la entrada.
Nublado, nublado, nublado y el agua heladisima. Tomas y yo fuimos los primeros valientes y entramos al agua. Brrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!! Perfecta para enfriar una botella de champagne (que no llevamos….)
En aproximadamente dos horas salió un timidísimo sol, que calentó en algo el ambiente y el agua de la orillita y que en 5 minutos se las ingenió para achicharrarnos.
Las cosas del verano….
La decisón para almorzar no estaba tomada y estábamos super temerosos luego del semi embarque de ayer en el Buffet 21, en la Avenida 21 de septiembre de Montevideo, un tenedor libre o all you can it, regentado por supuesto, por una señora de origen chino que controlaba todo el ambiente (inmenso por demas) de manera militar. Algunos platos muy buenos, en especial los chinos de cerdo con berenjenas, salteado picante de pollo y de cerdo, y un revuelto medio chino de huevos y micro camarones.
Habian ensaladas de papas, vegetales, (segun mis hijos el maiz estaba malo), una estación de pastas con los inevitables sorrentinos, ravioles y gnochis, una estación de papas fritas, milanesas y afines y una estación de parrilladas.
Yo probé el cordero y me sirvieron dos costillas bien grandes, un poco duras, pero era de esperarse. Manuel y Tomás comieron un mediocre vacío.
En postres habian helados de la marca Crufi (al menos la heladera lo era), y yo probe el veteado de vainilla, dulce de leche y chocolate. A mi me gustó mucho. Tambien me servi postre de isla flotante, que es, acá en Uruguay, un poco diferente del que estoy acostumbrada.
Los muchachos tomaron torta de chocolate y dulce de leche, pionono (brazo gitano) de chocolate, pie de limon, torta de coco, helado de banana, y helado de anana. No escuche ninguna exclamacion entusiasta la verdad.
La verdad es que despues de pagar el doble por persona de lo que pagamos en Golden Corral en Estados Unidos, te vas desilusionado. Definitivamente hay un tema acá con la comida….
Bien, como no se había tomado una decision en cuanto al almuerzo de hoy, pensamos en llegarnos a Punta del Este y escoger algo sencillo entre la gran variedad de locales de comida de la zona.
Nos decantamos por un chivito, y entramos en la chiviteria de Marcos, que compite en popularidad con La Pasiva, aunque esta ultima, tiene una carta mas amplia y servicio completo a la mesa.
No sabia, pero el sistema en la chiviteria es que primero pagas lo que ordenas y luego te diriges hacia la zona de la plancha para escoger los aderezos del chivito.
Titi y yo compartimos uno, tenia, ademas de la carne, pancetta, jamon, mozarella, morron, tomate, lechuga, pickles, champignones, catalanes (ajies picantes). Puede tener tambien, aceitunas, huevo duro, cebollas, varios aderezos a base de mayonesa y no recuerdo que mas, la verdad.
Estaba rico, y este local frente al puerto y cientos de embarcaciones de lujo, tiene su atractivo.
Despues del almuerzo nos fuimos al muelle, donde estaban desembarcando de un crucero, a ver a los leones marinos, un imperdible!!
Habiamos planeado ir a Lapataia, pero ya eran las 3:30 de la tarde al pensar en los aullidos de Killa nos regresamos a la casa con el firme proposito de hacer este paseo mientras dure el verano, por lo menos una vez a la semana. Fácil, rapido, rico, bello y puede ser tambien economico si empacamos un almuerzo ligero.
